Diario La Razón
Viernes, 3 de Diciembre 2010
por: Jaime Salinas*
Plantearé la siguiente hipótesis, en base a porcentajes históricos y tendencias, advierto de antemano que el grado de credibilidad de la misma estará en función a las preferencias y preocupaciones del lector de cara a abril próximo. Esta es: producto de las recientes alianzas mucho se ha hablado de la “valla electoral”, para resumir este concepto, ésta se refiere que aquel partido que no obtenga un mínimo del 5% de los votos válidos perderá su inscripción en el JNE (y para las alianzas lo harían los partidos que la conforman), pues bien, creo necesario “estimar”, consciente de que aún es pronto, cómo se repartiría el voto en este sentido.
Hablemos del “voto en blanco y nulo”, además de observar su comportamiento en las últimas elecciones presidenciales, es interesante el porcentaje alcanzado por este tipo de voto en la última elección regional e, incluso, en Lima Metropolitana, habiendo una concordancia alrededor del 10%, quizá el voto nulo pudiera reducirse con alguna campaña informativa de la ONPE, pero nada indica que este margen caerá, sobre todo cuando el “definitivamente votaría por él/ella” aún está debajo del 20%. Sobre el voto “aprista”, revisando el porcentaje del voto regional (por cierto, menor que el provincial), el APRA ha obtenido un 10,5%, quizá sea éste el más cercano “al voto fiel partidario” y ahora presentan a una “independiente”, es decir, desean “sumar” a aquel elector sin identificación partidaria y cuyo perfil de candidato es el de un técnico.
Especulando en términos pesimistas (siempre que no salgan más casos “Barrios”), quizá Mercedes Aráoz pueda agregarle algunos puntos porcentuales a este 10,5% (recuperando, incluso, el margen que el fujimorismo “le prestó” al aprismo en las regionales). Sobre el fujimorismo, como comprenderán no gozan de mi simpatía, sin embargo, no puedo negar que habiendo transcurrido casi cinco años de ataques (en su mayoría justificados y, por cierto, mal enfocados por la oposición) a Keiko y su entorno, al día de hoy no han hecho mella en su intención de voto, ella ha alcanzado un techo de 24%, pero no ha bajado más allá del 20%. Similar situación es la de Ollanta Humala, a quien también le han llovido calificativos variopintos pero a la fecha, aunque algunos hablen de su “inminente” caída, mantiene sólido su 10%, principalmente en la sierra sur. Pues bien, hasta allí ya se fue más de la mitad de los votos, han pensado cuántos candidatos más hay y habrán. Por ejemplo, en la fotografía de hoy, entre Toledo y Castañeda se llevan alrededor del 40% (siendo nuevamente pesimista).
Para mayor preocupación sobre la valla y quién ganará, recordemos que entre los llamados candidatos “pequeños” su voto no se resta entre ellos, se lo quitan a los más grandes e indecisos y que, a diferencia del proceso electoral del 2006, aquel partido que no participe en esta elección perderá su inscripción, por lo cual es seguro que veremos a varios candidatos “kamikaze” que también sumarán algunos puntos a sus filas y restarán posibilidades a otros de alcanzar el ansiado 5%.
Por lo tanto, como no me cansaré de repetir, esta elección dependerá de acciones estratégicas persuasivas de imagen, discurso, medios y trabajo de campo de cada candidatura, pues, en suma, ésta es solo una hipótesis, no hay patrones estáticos en una elección ¿o sí?
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