¿Todo cambia para que nada cambie?

Diario La Razón
Viernes, 22 de julio 2011

Por: Jaime Salinas

Ayer jueves, recorriendo el centro de Lima y conversando con los vecinos, escuchaba diversos comentarios acerca del gabinete anunciado parcialmente por el presidente electo. Si bien la mayoría de personas con las que conversé no conocían a los personajes designados, lo que sí les ha llamado mucho la atención es la designación del nuevo Ministro de Economía quien hasta hace unos días se desempeñó como Vice Ministro de Alan García en el mismo portafolio. La sorpresa y confusión de la gente radica en la contradicción que significa nombrar en esa cartera tan importante y matriz principal del cambio que esperan todos los que eligieron a Humala a alguien que ha sido co-responsable en el diseño y conducción del actual programa económico y que adolece casualmente de lo que los electores esperan con mayor premura de este gobierno que es la tan ansiada y necesaria inclusión social.

Esta incoherencia del presidente electo ha generado que voces como la de Javier Diez Canseco expresen que su único compromiso es con las propuestas hechas en la campaña electoral y muestre su desacuerdo con estos nombramientos. Por otro lado, también se han escuchado diversas críticas alrededor del hecho que supuestos emisarios no autorizados por nadie (para los que se lo quieran creer) estarían negociando temas energéticos, compras de armas, y otros con la Federación Rusa y finalmente mientras la comisión de transferencia se desgañita denunciando las bombas de tiempo que les deja la actual gestión, el presidente electo forma un gabinete dando la espalda a las expectativas de sus electores. Con lo que demostraría ser un presidente más de los que dice una cosa para ganar y hace otra una vez en el poder.

¿Por qué tanta inconsistencia en los mensajes que se vienen dando? Nos guste o no, Humala ha ganado la elección y lo ha hecho con el voto de millones de peruanos que han creído en sus promesas de cambio y que confiaron en la implementación de políticas públicas, que no los sigan excluyendo del crecimiento económico. Estos compatriotas que han sido innumerables veces engañados en el pasado por los políticos tradicionales y que vieron como apenas uno de los elegidos se sentaba en el sillón de Pizarro; sus promesas eran guardadas en el cajón hasta la próxima campaña presidencial. Son la verdadera bomba de tiempo que le puede reventar a Ollanta si no ven satisfechas sus expectativas.

Parece que el Sr. Humala aún no se da cuenta de la enorme expectativa que millones de peruanos tienen puesta en él. Quizá esta sea una de las últimas oportunidades para que los más pobres sean atendidos y no lleguemos a ver más hechos dramáticos como los de Ilave o Bagua reproducidos nuevamente en el país. Hoy, quienes estuvieron con Humala durante la campaña electoral comienzan a sentirse desplazados y quienes le hicieron el más fiero "cargamontón" aparecen como sus "nuevos amigos". Esperamos sinceramente que esto no sea un "todo cambia para que nada cambie" y que unos pocos se sigan beneficiando mientras las grandes mayorías miran el progreso desde la acera de enfrente.

Presidente Humala, confíe Ud. en quienes estuvieron a su lado cuando era casi un apestado, con muchos de ellos discrepamos en sus ideas, pero debería Ud. reconocer y valorar su consistencia y coherencia con los principios e ideales que Uds. defienden. Tiene Ud. la oportunidad de significar un verdadero cambio para el país o limitarse a ser un inquilino temporal más de Palacio como tantos otros antes que usted.