¿Quién ha ganado las elecciones?

Diario La Razón
Sábado, 9 de julio 2011
Por: Jaime Salinas

En abril de 2006, cuando AGP pasó por muy pocos votos a la segunda vuelta muchos se preguntaron ¿Y cómo lo hizo? Si Lourdes estaba arriba tan holgadamente ¿Tantos errores cometió la ex candidata? Se habló de la necedad y torpeza de su entorno, pero no parecía suficiente, algo faltaba en el rompecabezas para entender lo que sucedió.

En la segunda vuelta, AGP se impuso a su novato contendor a pesar del pesado bagaje que arrastraba y muchos sin embargo se preguntaron nuevamente: ¿Y cómo lo ha logrado? Con el oscuro pasado que lo perseguía, ¿Cómo podía ganar AGP nuevamente una elección? ¿Es que los peruanos eran tan desmemoriados como se pretendía explicar? ¿O había algo más que no se sabía pero que podría haber influido decisivamente para su triunfo? Pues sí, al parecer sí lo hubo.

De acuerdo con las últimas y escandalosas revelaciones de la prensa, ni los peruanos sufrimos de falta de memoria, ni los otros candidatos fueron tan malos. Ahora se entiende cómo ganó. Se ha publicado en estos días que Alan habría recibido la “ayudita” de sus amigos de BTR (o sea de los chuponeadores del “Doc”) quienes le habrían facilitado todo tipo de escuchas para conocer paso a paso y día a día las estrategias, errores y otros aspectos internos y supuestamente secretos de las campañas de sus contrincantes. Así cualquiera gana, eso no tiene ningún mérito, es ilegal y se llama fraude.

En esa oportunidad advertimos que este gobierno dejaría los mismos recuerdos del primero, resumiendo en tres palabras: corrupción, corrupción y más corrupción. Este es un tema muy serio y grave que deberá investigarse a partir del 28 de julio con absoluta rigurosidad y firmeza, pues aquí está en juego todo el frágil sistema democrático en el que creemos vivir.

Si se demuestra que AGP contrató los servicios de BTR para su campaña, quedaría claro que esa fue una elección fraudulenta y peor aún, confirmaría la vinculación que siempre hubo entre AGP y VMT pues el cordón umbilical que los une desde hace más de veinte años nunca se rompió y la relación estrecha con BTR los haría cómplices de toda una trama de poder muy oscura que ahora le toca a Ollanta Humala enfrentar con valor, decisión y sobre todo mano dura para asegurarle a los peruanos que él no es como ellos.

No estamos seguros si el presidente electo es consciente de lo que ha sucedido con su elección y porque él, más que nadie, deberá combinar con astucia e inteligencia la firmeza y la ley en sus decisiones. Decimos esto porque los recientes acontecimientos políticos y sociales confirman lo que se ha generado en el país.

Podría suceder que la población siente que quien ha ganado las elecciones son ellos mismos y que quien manda son los millones de peruanos que vía su confianza en Humala desean ver satisfechos sus legítimos reclamos e insatisfacciones así como su deseo de justicia con los corruptos.

Por lo tanto, si Ollanta no demuestra a sus electores que él es quien manda disponiendo sin miedos ni negociaciones bajo la mesa, que su bancada en alianza con otros inicien una investigación al respecto, se expondrá a un grave conflicto social y así intente dar explicaciones la gente no se las creerá. Las cosas se le pueden ir de las manos muy rápidamente de no enfrentar este tema con firmeza y esto sería fatal para nuestra débil democracia y peor aún para el Perú.