Diario La Razón
Viernes, 29 de julio 2011
Viernes, 29 de julio 2011
Por: Jaime Salinas
Felices Fiestas al Perú y a todos los peruanos por nuestros 190 años de vida republicana.
Es por ello que deseamos al nuevo presidente y a sus flamantes ministros suerte y éxitos en la difícil tarea en la que se han embarcado, pues a menos que Ollanta tenga dotes de San Martín de Porres, juntar a perro, pericote y gato para que todos coman en paz del mismo plato, le puede resultar bastante complicado, pues su gabinete más parece un sancochado de nombres para satisfacer a los involucrados en su campaña, que un gabinete de profesionales afines ideológica y políticamente llamado a tomar las mejores decisiones en equipo para el país, pero esa historia está aún por contarse.
Espero, sin embargo, que el nuevo presidente electo no arrastre las taras y defectos de aquellos que llegan a un cargo de poder sin estar preparados para ello, porque la mayoría suele subirse a una nube artificial de vanidades infladas y terminan al poco tiempo arrastrando su gestión a un descalabro inminente y acelerado, cual es el caso de la Sra. Susana Villarán.
Está claro que las últimas encuestas que le dan menos del 20% de aceptación a solo 7 meses de iniciada su labor edil, son lapidarias porque la alcaldesa se olvidó cómo y por qué está allí sentada y a punta de errores, decisiones abusivas, total falta de respeto por la institucionalidad de su concejo y la inaceptable arrogancia de sus funcionarios. Lo único que logra, lejos de tender puentes de concertación, es abrirse más flancos y nuevos forados en su ya escasa aceptación popular.
Como ejemplo, citó la inaceptable actitud de la gerente de Emape en la sesión de consejo del 21 de julio pasado, quien ante las preguntas legítimas y normales del regidor Luis Castañeda, quien cuestionaba los recientes robos que han sufrido varios empleados del peaje (sucesivamente y sin corrección alguna), la funcionaria mencionada se permitió responderle de forma airada y prepotente, olvidando la Sra. Villarán que los regidores metropolitanos y los congresistas de la república somos autoridades elegidas por el pueblo y los funcionarios municipales son empleados contratados por la gestión de turno.
Ante tales hechos protesté en nombre no sólo de mi colega Castañeda, sino de todos aquellos que no aceptamos sus prepotencias, ni las de sus empleados. Le recuerdo que no es la primera vez que desde el gerente Municipal, Miguel Prialé, y varios otros de sus gerentes se dirigen (a aquellos que se lo permiten por cierto) de forma irrespetuosa, arrogante y malcriada, no solo faltando a las mínimas reglas de respeto, sino peor aun a sus funciones profesionales, pues los regidores no hemos sido electos para decirle “chi cheñora” ni a Ud. ni a sus funcionarios, sino por el contrario hemos recibido la confianza del pueblo para fiscalizar, hacer averiguaciones que consideremos oportunas y asegurarle a la población que no se va a abusar de sus derechos. Recuérdelo por enésima vez, Sra. Villarán. ¡Autoridad sí, autoritarismo no!